Tralalá... Ha llegado Julio, uno de los meses de verano, que debe su nombre a Julio César y... No me enrollo más.
Primero de
mes significa nuevo capítulo de las Crónicas de Eos. En este caso, Cuestión de
Química, dónde los ingredientes principales lo conforman el humor y cierta
dosis de erotismo. Vamos, nada, lo justo para descansar entre intrigas y
tiroteos.
Este capítulo
supuso mi «estreno» en cuanto a escenas de sexo se refiere. Ha llovido mucho
desde entonces, y me he «documentado» mucho también. Pero debo agradecer la colaboración de Silvia Barbeito
que me ayudó muchísimo con toda la novela y con este capítulo, en especial.
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